5 ILUSTRACIONES CORTITAS - Evangelismo Ilustrado

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viernes, 31 de diciembre de 2021

5 ILUSTRACIONES CORTITAS



1. EL MAYOR MISTERIO


El doctor Andrés Bonar dijo en cierta ocasión que, aunque era para él un misterio el saber cómo el pecado había entrado al mundo, le resultaba un misterio aún mayor que Dios hubiese venido al mundo para llevar el castigo del pecado sobre sí.


2. ¿QUÉ PODÍA HACER EL REY?

En el Siglo 2º de nuestra era, llevaron a un cristiano ante un rey que quería que el hombre abandonara a Cristo y al cristianismo. El soberano le dijo:

- Si no abandonas tu fe, te voy a desterrar.

El hombre, sonriendo, contestó: - Su majestad no puede desterrarme de Cristo, que ha dicho: "Nunca te dejaré ni te abandonaré."

Entonces el rey, enojado, le dijo: 

- Lo que haré es confiscar tus bienes y quitarte todo.

El hombre respondió: - Mis tesoros están en el cielo; usted no podrá tocarlos.

El rey se enojó aún más y dijo: - Lo único que queda es matarte.

- Pero - dijo el hombre-, hace cuarenta años que estoy muerto. Morí con Cristo, y mi vida está escondida con Cristo en Dios, por lo que usted no podrá tocarla.




3. ALABANDO SIEMPRE

Hace algunos años, se convirtió un hombre que estaba siempre alabando al Señor. Vivía continuamente en la luz. A todo lo que decía en las reuniones le anteponía siempre las palabras: ¡Alabado sea Dios!

Una noche llegó a la reunión con la mano vendada. Se había cortado, y bastante mal. Bueno, pensé, veremos cómo alaba a Dios ahora. Pero el hombre se puso de pie y dijo:

- ¡Me he cortado el dedo!, pero ¡alabado sea Dios! no lo perdí, como hubiera sido posible. Si las cosas andan mal, recuerda que podrían estar mucho peor.






4. NO ES TAN ABSURDO


Hace algún tiempo, un hombre me dijo: - Moody, la doctrina que usted predica es de lo más absurda. Usted afirma que los hombres sólo tienen que creer para que se cambie todo el curso de su existencia. Nadie va a cambiar su vida meramente por creer.

Yo le respondí que creía poderle convencer en menos de dos minutos que el evangelio decía la verdad, y entonces le dije:

Entendámonos bien. Usted dice que a un hombre no lo afecta lo que cree, y que ello no ha de cambiar el curso de sus acciones.

- Así es.

- Supongamos, entonces, que un hombre se asomara a esta puerta y nos dijera que la casa se esta incendiando. Si usted creyera sus palabras, saltaría por la ventana para ponerse a salvo, ¿no es cierto?

- Ah, - respondió-. No se me había ocurrido pensar de esa manera. Es que las creencias, la fe, son la base de la sociedad, del comercio y de todo.


5. NO DEMASIADO PARA EL CÉSAR

Se dice que en cierta ocasión, cuando César hizo un regalo muy costoso, el que lo recibió dijo que era demasiado valioso. El emperador le contestó que no era demasiado costoso para que lo diera el César. Nuestro Dios es un gran Rey, y le agrada darnos regalos; debemos entonces agradarle pidiéndole grandes cosas.